Arte rupestre en Argentina

¿Pueden los pueblos indígenas ser los herederos culturales de las antiguas pinturas rupestres?

El arte rupestre realizado por los antiguos cazadores hace mil años sigue asombrándonos hoy en día.

Conecta el pasado con el presente, captando a las nuevas generaciones y creando un vínculo a través de los recuerdos colectivos.

Es muy probable que esas antiguas artes rupestres creadas en la Patagonia argentina, y el significado de la  "Cueva de las Manos" durante esa época, hayan sido transmitidas y acogidas por las nuevas generaciones

de indígenas a través de la memoria colectiva.

Así, lo que aprendemos de los registros y mitos sobre las prácticas de caza, el círculo de la vida y las oraciones, todo coincide con los patrones recurrentes que todavía se veían entre el pueblo Pehuenche, incluso en tiempos históricos más recientes. Las pinturas rupestres y las imágenes tuvieron un fuerte impacto en las personas que las vieron; se convirtieron en parte de sus historias, pasando de generación en generación, manteniendo viva la memoria colectiva y haciéndola aún más rica con el paso del tiempo.

Cueva de las Manos, Patrimonio Mundial de la UNESCO

"La Cueva de las Manos es un antiguo sitio del sur de Argentina, enclavado en los vastos paisajes de la cordillera de los Andes. Es un tesoro arqueológico con un increíble arte rupestre, creado por cazadores-recolectores hace casi 9400 años. Las obras muestran escenas de caza colectiva y numerosas representaciones de guanacos (un tipo de camélido), así como más de 800 plantillas hechas a mano que abarcan distintos periodos de tiempo. La excepcional conservación del sitio y su rico significado histórico le han valido su inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.


¿Cómo arqueólogos y etnógrafos trabajan juntos en este proyecto?

El trabajo de un arqueólogo consiste en descubrir los vestigios físicos del pasado e interpretarlos. En este caso, nos basamos en lo que se ha conservado en la memoria social entre el pasado y el presente. Podemos establecer analogías históricas, utilizando datos etnográficos aplicados a la misma región en un contexto arqueológico. Esencialmente, estamos explorando cómo las narrativas y las formas de vida hablan a los restos materiales, como el arte rupestre.


Para comprender el arte rupestre de la "Cueva de las Manos", recurrimos a los relatos de etnógrafos y cronistas que interactuaron con los Pehuenches, los indígenas del sur de la Patagonia durante el período de contacto europeo. A partir de ellos proponemos aproximaciones interpretativas en torno al arte representado de escenas de caza colectiva y guanacos preñados. Sin embargo, no afirmamos que estas poblaciones estén genéticamente relacionadas con los creadores del arte rupestre de la "Cueva de las Manos". Por el contrario, sugerimos que el significado del arte y la importancia del sitio pueden haber sido transmitidos e incorporados culturalmente por poblaciones posteriores. Esto pone de relieve el papel de la memoria colectiva en la conservación y transmisión de las imágenes y significados de este arte rupestre ancestral a las generaciones futuras.


Entre los cronistas y etnógrafos, se ha observado que las poblaciones patagónicas, que siempre han sido cazadoras-recolectoras, utilizaban un cordón de lana de guanaco como cintillo para transportar los astiles de las flechas o como intermediario para los dardos lanzados con un lanzavirotes. La presencia de este mismo cordón en las imágenes de la cueva demuestra que esta práctica se ha mantenido durante los últimos 9000 años.


El arte rupestre representa a una figura de mayor tamaño en posición jerárquica, que lleva un manto de piel similar a los utilizados por los pehuenches en épocas históricas.


Además, hay pinturas de guanacos hembras preñadas junto con una gran forma circular blanca, que podría representar la Luna. Esta conexión se relaciona con un mito pehuenche llamado "La Hija del Sol", en el que la Luna es representada como una poderosa bruja que posee guanacos y ñandús machos. Como resultado, las mujeres de esa cultura cantaban canciones dedicadas a la mujer luna y la tenían en alta estima. Este vínculo entre las pinturas, los relatos históricos y los mitos implica una conexión con las plegarias o pedidos de fertilidad y reproducción de los guanacos para asegurar el éxito en la caza.


¿Cómo funciona?

En Cueva de las Manos hay muchos dibujos antiguos en las paredes que se hicieron hace entre 9400 y 2500 años. Hemos elegido dos temas principales para estudiar: escenas de caza y dibujos de guanacos preñados. Usando la analogía histórica tomamos la información proveniente del estudio de la vida de las personas en el pasado (datos etnográficos) para ayudarnos a entender lo que sucedía en la misma región en la antigüedad. Es como comparar acciones o formas de vida similares que ocurrieron en épocas diferentes.


En este sentido, la memoria colectiva se refiere a esos recuerdos y conocimientos que un grupo de personas comparte sobre sus antepasados y todo lo que ha sucedido en el pasado. Se trata de mantener vivos esos vínculos y valorar lo que se ha transmitido de generación en generación. Mientras que la memoria social se trata más de ser conscientes de las relaciones que nuestros antepasados mantuvieron con otros grupos sociales en el pasado. Es como recordar y reconocer las interacciones y conexiones entre diferentes comunidades que sucedieron hace mucho tiempo.

 

Conclusión

Entonces, ¿qué aportan esas imágenes antiguas a la memoria colectiva de los cazadores-recolectores que las hicieron hace 9.000 años? ¿Y qué aporta la comparación con acontecimientos históricos a nuestro objetivo de comprender la vida de las personas que crearon ese arte rupestre?

Básicamente, tenemos la idea de que esos rituales, que tenían lugar cuando las hembras de guanaco daban a luz, eran como marcadores que guiaban sus actividades y movimientos a lo largo del año, de las montañas a la estepa y viceversa. Sugiere que podría haber habido ciclos anuales conectados a estos rituales.


Así que aquí está la pregunta: ¿Por qué no podríamos utilizar la información etnográfica en arqueología? Quizá sea una cuestión de hasta qué punto podemos confiar en las fuentes y en los detalles específicos del contexto social e histórico ligado a determinados objetos o lugares. Esto nos muestra cómo la memoria colectiva desempeña un poderoso papel en la configuración de las realidades sociales, desafiando la idea de que el pasado y el presente están completamente separados. En nuestro caso, tenemos una buena razón para tender puentes en el tiempo conectando los datos etnográficos con las pruebas arqueológicas. Y eso parece ser cierto en el caso de Cueva de las Manos.


Escrito por Lucia Ana Gaviola
Aarhus University


Articulo original: Schneier, P.; Ponce, A. & Aschero, C. “Arte rupestre, etnografía y memoria colectiva: el caso de Cueva de las Manos, Patagonia Argentina”. Revista uruguaya antropología etnografía, ISSN 2393-6886, 2021, Año VI – Nº 1:71–85. DOI: 10.29112/RUAE.v6 ºn1.4


Disponible en: Scielo Uruguay http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2393-68862021000100071

 

Declaración de divulgación

La autora no ha declarado ningún posible conflicto de intereses.